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martes, 17 de febrero de 2009

Entrevista a Gonzalo Vazquez en SoloBasket.com

1. ¿Qué hace alguien de Baracaldo en Madrid?

Como cualquier otro joven soñador, emigré a la gran ciudad buscando ese posible hueco donde instalarme. Pero tras muchas vueltas y portazos lo que encontré fue un piso, que ya es mucho decir. Allí puedo encerrarme a gusto sin molestar a nadie. Creo que no hay otra razón para quedarme.

2. ¿Desde cuándo y por qué esa afición al baloncesto del otro lado del Atlántico?

Era muy niño cuando vi por primera vez Baloncesto por la tele. Sólo recuerdo quedar prendado y desechar juguetes y amigos por un macetero que colgaba de un armario y que acabé destrozando. Una tarde de 1983, la pantalla me asaltó con unas imágenes que no eran españolas. Allí no estaban Corbalán ni Juanito De la Cruz. Eran muy extrañas y parecían irreales. Era Baloncesto, sí, pero había algo que lo multiplicaba exponencialmente. Imagina que lo más erótico que vieras de niño fuese un beso; y de repente, un buen día te asaltan sin previo aviso unos segundos de auténtica pornografía. Eso fue lo que vi. Es muy difícil describir el impacto emocional que me produjeron aquellas imágenes, pero te puedo decir que cuando terminaron me encontré a mí mismo de rodillas pegado al televisor. Supongo que alguna razón me hizo estar allí y comportarme de ese modo. Desde entonces no ha pasado un solo día de mi vida, ni uno solo, en que no haya hecho algo que no tuviera en aquel momento su origen. 

3. ¿Cómo es un día normal en la vida de Gonzalo Vázquez?

Lo único que diferencia mis días es el tiempo disponible para entregarlo a la NBA. En cuanto tengo una mañana o una tarde, acudo a la Fundación. Todo lo demás es correr hacia mi mazmorra y poner en marcha el video, el ordenador y las revistas. Cuando estoy rodeado por todo ello de la forma más caótica posible, es cuando me encuentro a mí mismo. Tres cuartas de ese tiempo lo dedico a la historia y una última a la actualidad, hasta que llegan los playoffs. Busqué el trabajo menos involucrado del mundo con el único objetivo de poder reproducir mi ambiente de casa. Ahora soy conserje. 

4. ¿Cuáles han sido tus iconos periodísticamente hablando?

En su momento uno solo, Vicente Salaner, y por tres razones que actuaron como el cincel que me ha esculpido de por vida: primaba el comentario técnico sobre cualquier otro aspecto, tenía presente en todo momento el entero panorama histórico de la liga como un gigantesco cuadro donde ubicar cada partido, cada acción, y por último, su magnífica dicción. Por escrito me fascinaba el desparpajo de Pinotti. Todo aquello representaba maestría y calidad. Lamentablemente poco de esto prevalece hoy.

5. ¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional hasta ahora en lo que al baloncesto se refiere?

Comencé con un programilla NBA de radio en las prácticas universitarias. Trabajé después en varios medios deportivos vizcaínos haciendo de todo, pero tratando de hincar el diente en lo posible al Basket. Retransmití para Radio y TV partidos de divisiones inferiores hasta dirigir poco después un magacine en la desconexión que hacía Radio Voz desde Madrid. Al llegar a la capital, SportsYA fue el primer medio en pagar mi trabajo. Primero, como redactor y después como responsable de su Dpto. Audiovisual. Como yo decidía, cualquier excusa era buena para obviar al Fútbol por el Basket, y así hice muchas entrevistas entonces para Radio y Tv por Internet. Hice lo posible entonces por escribir allí mis primeras columnas NBA. Lo conseguí y, gracias a ellas, puedo decir que al desaparecer SportsYA España, ACB.COM me dio la oportunidad por un milagroso encuentro en la Red. Y la verdad, soy afortunado de poder publicar allí. 

6. ¿Te parece real en nuestro país y en la sociedad en que vivimos el refrán: “Quien no tiene padrino no se bautiza”?

¿Me preguntas si me parece real y en nuestro país? Rotundamente sí y quizá como en ningún otro país en el mundo. Quien no se ajusta al padrinazgo de sangre, quien no se ajusta a la endogámica masterización de los medios y su feroz selectividad de negocio desde bien joven, tiene todas las papeletas para no existir. He visto periodistas hasta en gasolineras. En cambio veo no periodistas a diario en los medios.

7. Gonzalo, ¿crees que el mundo de los medios de comunicación no te ha tratado como merecías, que han sido injustos contigo?

Qué tendenciosa la pregunta y qué poco favor me hace. No, yo no merezco más que cualquier otro recién licenciado que se aboca sin remedio al desencanto. Además, para ser como dices, tendría que haberse dado algún tipo de relación entre ambas partes. Los medios sólo se ven entre ellos, de reojo y con recelo. No miran nunca fuera y menos por debajo. No son injustos con nadie en particular; lo son con el Periodismo desde el momento en que, traicionando sin pudor lo más sagrado del oficio, priman la firma de quienes no son periodistas; lo son a cada nueva palabra que escapa al Deporte para recaer en rumores, vida privada y dineros. Los dineros son un verdadero cáncer que va a terminar extinguiendo la figura del analista. Ahora no se analiza el juego ni a los jugadores. Se juega al Monopoly. No me interesa en absoluto esa NBA. Lo peor es que los chicos jóvenes saben cuánto gana quién pero muy poco de su perfil técnico. Así el Periodismo Deportivo, empeñado en todo cuanto ocurre fuera de la pista, es de todo menos deportivo. 

8. Si tuvieras que elegir, ¿los años de la ABA o la NBA profunda? ¿Por qué?

El sentido de la “NBA profunda” pasa inevitablemente por la ABA. La NBA nunca agradecerá lo suficiente a la ABA todo su sincero legado. El Baloncesto moderno, todo aquello que escapa al pick&roll o los balones dentro, se gesta en los Playgrounds, pero esa nueva perspectiva del juego espontáneo no fue recogida por la NBA tanto como por la ABA. La rápida interacción de los jugadores de ambos bandos, el espíritu de una época y la oportuna llegada de Magic y Bird apresuraron los medios para llegar la Edad de Oro, que se prolongaría felizmente hasta 1993. La NBA profunda, como dices, no responde a una época determinada sino a la rara tarea del historiador que se sumerge en los entresijos más recónditos de la propia liga. No se trata de distinguir pasado y presente. Se trata de pronunciar la historiografía de este juego. Hay más Baloncesto en hablar de la desastrosa Phila del 73 que en un posible traspaso entre Eddie Jones y Vince Carter. Esto último no es Baloncesto mientras no se produzca. Pero es que espera, que se produce y se habla de espacio salarial y demás intangibles. Eso es, o bien Monopoly o bien prensa rosa, pero no Baloncesto. Ese periodismo no es más que humo.

9. ¿Con qué equipo histórico has disfrutado más viéndolo jugar?

Con el que más me demostró que más allá de lo físico, el Baloncesto es Inteligencia. Los Celtics del 86 jugaban al mus de corto todas las noches. Y el mus es ante todo táctica, vieja astucia. A mí me gusta todo Baloncesto, todo, pero me preguntas por uno, supongo, el que más me ha fascinado. Y yo te digo ése. Pero si me preguntaras por el mejor Baloncesto que se haya practicado nunca, no sería nada original, porque creo que escapa a la opinión el hecho de que el Dream Team de Barcelona continúa siendo el más completo y perfecto equipo de todos los tiempos. 

10. ¿Cuál es tu jugador favorito de siempre?

Muchos y muy pocos. Los favoritos no tienen por qué ser los mejores, sino los más atractivos a uno por mil motivos. El verano del 90 hice un collage de algunos de ellos que dejé colgado para siempre en la habitación de Baracaldo. Allí hay de todo: desde el Doug Christie de los Lakers a Danny Ainge, de Drazen Petrovic a Kurt Rambis. Hoy ese collage habría crecido y lo seguiría haciendo sin fin. No podré terminarlo mientras viva. 

11. ¿Un partido para recordar?

Muchos. Todo buen aficionado sabe cuáles son. Así que habrá que recomendar algo diferente y que pueda estar a mano. Este año hemos asistido al milagro de McGrady, una de esas rarísimas emigraciones del jugador hacia el aro y que sólo un asesinato podría detener. Pues yo recomiendo algo parecido: el 5º partido de 2ª ronda del 82 entre Celtics y Bullets. Esta joya fue emitida además en los históricos del Digital, así que atentos a una posible repetición. 

12. ¿Larry Bird, Magic Johnson o Michael Jordan?

Larry Bird, Magic Johnson y Michael Jordan. Antes muerto que quedarme uno solo. Con los tres completamos los extremos más perfectos que ha dado la Historia de este deporte: de la perfecta idea de “equipo” a la asombrosa realidad de un “superhombre”. 

13. ¿De dónde te viene esa afición por el arte del mate?

Como toda íntima atracción, a saber en qué oscuro rincón de la psique nace y por qué. Sólo sé que es algo que puede conmigo. Creo que un gran mate de concurso, ensalzado en una perfecta repetición de “slow motion” lateral baja, es la acción individual más majestuosa y espectacular que puede ofrecer el vasto Planeta Deporte. Seré el primero en denunciar los abusos del mate en juego, pero el primero en reclamar los mejores concursos posibles. Creo que son cosas distintas. 

14. A tu juicio, cuál es el mejor mate de todos los tiempos y por qué.

Sería un error elegir tan sólo uno. Déjame decirte que ese Big One está por llegar, que hay que estimular el imaginario de un yacimiento inagotable. Que hay que intentar combinar el cross con categorías ya creadas, como el molino lateral de Jordan o un simple 360, que la región que nace tras el tablero está casi virgen, que la plástica figurativa (la que congela posiciones impensables en el aire) apenas ha nacido aún, que hay que mover el balón ahí arriba y comerse el aro con una gastronomía infinita. Hay que pensar primero el mate y luego hacerlo. Eso o hacemos de los concursos una repetición cotidiana. 

15. Me cuentan que pasas mucho tiempo en la Fundación Pedro Ferrándiz...

Mucho menos del que quisiera. Debería haber una Fundación por cada ciudad. Que todas tuviesen un rincón dedicado al Baloncesto: un local con biblioteca, pantalla y mesa redonda, con horarios como los bares o los nuevos campos de concentración: los centros comerciales. Pero como eso no ofrece negocio, no lo hay por ningún sitio. Luego las autoridades se escandalizan de las conductas juveniles. Y es que por lo visto hay alternativas a patadas. Ya...

16. ¿Cuáles son tus candidatos para llevarse el anillo? ¿Por qué?

Poca novedad puedo aportar. San Antonio tiene todo lo exigible para alcanzar el tercer título de la era Duncan. Se me antoja Detroit como rival en unas Finales inéditas que marcarían el apogeo de esta actual política de bloques de cemento armado. Posibles intrusos a este pronóstico son Miami, Minnesota y un regalo divino a Sacramento, que viene practicando el mejor Baloncesto del mundo de los últimos tres años, pero no el más poderoso. Soy mal agorero. Me aferro a lo que dicta la experiencia, y ésta indica que suele ganar quien más problemas crea al rival, no el más brillante por juego ventilado. Porque, a la hora de la verdad, ¿quién podrá negar esta premisa a Detroit o San Antonio? 

17. ¿Cuál es el futuro de la NBA? ¿Cómo influirá la llegada de jugadores más físicos y menos técnicos? ¿Y el incidente del Palace de Auburn Hills?

El futuro de la NBA pasa, junto con las pruebas de velocidad, por ser la competición donde anidar la genética humana más avanzada del mundo, diseños biofísicos cercanos al superhombre. Sampson, Nowitzki, O’Neal o Yao son de algún modo pioneros de los monstruos que verá llegar este deporte en un futuro cercano. Si esa fauna se generaliza hasta un punto intolerable, las canastas parecerán de juguete. El Baloncesto en este siglo asistirá al cambio más dramático que haya sufrido nunca: la redimensión de sus soportes vitales. La supervivencia del juego como deporte fluido, inteligente, hermoso, dependió siempre de un finísimo equilibrio entre los tres principios sagrados: Física, Técnica y Táctica. Sobrepoblar la liga de jugadores transgénicos no es en absoluto malo. Lo sería si cada uno de ellos olvidara jugar, si en nombre de la victoria cada equipo se convirtiera en una trinchera de bestias. 

La pelea del Palace es algo que algún día, por una simple cuestión de probabilidades, tenía que suceder. Todos los ingredientes conspiraron solidarios: dureza, jugadores venales, poca fortaleza mental, rivalidad incubada, relax de arrancar la temporada, un vaso que vuela, Ron Artest, en fin, tenía que ocurrir... y aún pudo ser peor, mucho peor. 

18. Una comida favorita.

Te soy sincero: toda aquella que esté lista para comer en la mesa, quiero decir, que no haya que preparar. Quien viva solo sabrá lo que digo. Tener que cocinar (comer y fregar) hasta tres veces al día por imperativo natural es un robo intolerable de tiempo que hace de nuestra Especie una vergüenza biológica. Suelo solventar muchas cenas con auténticos atentados a mi salud: un buen café condimentado con tabaco y el estómago se olvidará de ti. ¡Ay! si mi madre me oyera...

19. ¿Has practicado el baloncesto? Dinos alguna afición al margen de ésta.

Sí, he jugado y mucho. Pero siempre fui demasiado “pequeño” para intentar algo que no fuera jugar en la calle. Me acostumbré a hacerlo solo y al caer la tarde, y que el aro se interponga entre el crepúsculo y yo. Creo que hay algo místico en esos instantes de soledad. No me des una mujer para una ridícula postal en la playa. Dame un aro y un balón y el tiempo se detendrá. Nadie es viejo en un momento así y el dolor desaparece. ¿Aficiones? Como las amistades, cada vez menos pero más selectas. Extraños libros y poco más.

20. ¿Cuál es tu sueño no cumplido?

¿No cumplido aún? ¿Y terrenal? El mismo que muchos, supongo, ganarse la vida con eso para lo que estudiaron duramente. A veces tengo la impresión de que me habría resultado más sencillo jugar en la NBA que trabajar como periodista en este país. 

21. ¿Qué harías en un mundo sin basket?

Es algo que me he preguntado muchas veces y la verdad es que asusta pensarlo. ¿Qué queda de mí sin lo que ocupa mi vida? ¿Qué soy yo entonces o quién habría sido de nacer en la Edad Media? Debería preguntárselo todo el mundo. ¿Qué queda de cada uno sin lo que le roba la vida, sea el trabajo o la pareja? Deberíamos saber separar lo que somos de lo que hacemos. Lamentablemente, todos hemos aprendido a ser otros. Un niño es él. Un adulto no.

22. ¿Qué libro relacionado con el deporte de la canasta nos recomendarías?

Todo el que sea de verdad un libro, es decir, que algo en ti haya mejorado después de leerlo. Cualquier ejemplar de la antigua Nuevo Basket era un libro. Pero venga, por reciente y rico en entresijos NBA, recomiendo la biografía oficial de Magic, Mi Vida, que Planeta publicó tunamente por motivos ajenos al Baloncesto. Hay auténticas patadas en la traducción pero está francamente bien. Por cierto, si sabes de alguna editorial en este país que se atreva con el Basket avísame, por favor. 

23. ¿Qué te parece Solobasket?

Si aceptamos que ACB.COM es una referencia que se ha quedado sola ahí arriba, cohabitan después juntas una serie de páginas fabulosas que tienen que pujar por ofrecer algo distinto, por tener cada cual una identidad definida. Basketconfidencial o SEDENA son dos ejemplos. Yo animo a la diferencia con ACB.COM, que no puede alcanzarlo todo. Sobra añadir que Solobasket está en ese bonito grupo. 

24. ¿Colaborarías con nuestra web?

De vez en cuando, ¿por qué no?

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